viernes

"NO TENGO TIEMPO"

Llevo ya bastantes años trabajando el tema del tiempo y algunos dedicándome a él con gran intensidad y, aún así, me sigue llamando la atención el escuchar con cierta frecuencia aquello de… “es que… no tengo tiempo”

Cuando esto sucede pienso, de inmediato, en las múltiples posibilidades de su significado, de lo que realmente me quieren decir. Puede ser…

• … no me apetece nada hablar/estar contigo
• … “si te dedico mi atención, mi tiempo, tengo algún tipo de miedo o prevención a que me…”
• … “En este momento tengo cosas más prioritarias que hacer
• … “Estoy agobiado, siento que me come lo urgente

Y es que, como os he explicado en ocasiones y repito en mis seminarios de gestión del tiempo, eso de “no tengo tiempo” no es más que una mentira eufemística; una mentira que sale de manera automática, es cierto, pero que lo hace por lo fácilmente que “se la tragan sin más” la mayoría de las personas.

Si, ya sabéis: aquello de “no tengo tiempo” es una gran falsedad, ya que “todos tenemos todo el tiempo que hay” (24 horas al día) y un gran eufemismo ya que lo que realmente sucede es otra cosa y, esa cosa depende de las posibilidades que arriba enunciaba, así…

• … Si lo que significa es “no me apetece nada hablar/estar contigo” inmediatamente deberé preguntarme ¿Por qué? (no entraremos aquí en más detalles)
• … Si lo que significa es…“Tengo algún tipo de miedo o prevención a que me…” lo que me pregunto es ¿a qué? ¿teme que “le venda” algo? ¿a que “le convenza” de algo? ¿es que quizás lo que “le estoy vendiendo” no es bueno para él/ella? ¿quizás el miedo (inconsciente, por supuesto) lo es a que le ponga en situación de enfrentarse a algo a lo que no quiere porque sabe que, si lo hace, deberá tomar decisiones que no le apetecen?
• … Si lo que significa es “En este momento tengo cosas más prioritarias que hacer” es algo perfectamente legítimo y hasta recomendado por mí.
• Finalmente, si lo que significa es…Estoy agobiado, siento que me come lo urgente” es posible que sea un síntoma de un problema mayor.

Es cierto que otras veces, aún teniendo claro lo que sucede, las personas recurren al eufemismo “para no herir” o “por que, si soy sincero… ¿qué van a decir de mí” y el “no tengo tiempo” se convierte así en un distractor de cortesía en el que todo el mundo parece salvar la cara.

En fin, que hay múltiples razones por las que una persona puede “no tener tiempo” y que lo sé, lo entiendo y lo asumo y que, si de verdad esa persona me conociese o me hubiese prestado atención en alguna ocasión, en lugar de “no tengo tiempo” sabría que me podría decir directamente la verdadera razón, sin más rodeos, como ya hacéis algunos de vosotros, que mi autoimagen y mi autoestima gozan de perfecta salud y no se van a ver afectadas porque alguien me diga de verdad lo que piensa o lo que siente y que tampoco voy a pensar por ello nada “raro” sobre esa persona, sino todo lo contrario. Pensaré que es una persona franca, honesta y práctica porque, al final, siendo sincero, todos acabamos siendo más eficaces en el uso de nuestro tiempo.

Pero el tema en el que me quiero centrar hoy es el del último grupo, el de aquellos que sienten que “no tienen tiempo”, es decir las personas que de verdad, de verdad, piensan que, por una u otra razón, querrían prestarme su atención pero consideran que tienen cosas “muy urgentes” que se lo impiden.

En este mundo, en que nos hemos acostumbrado a vivir, de prisas, de urgencias, de estrés, lo más normal se está convirtiendo en “no tener tiempo”

Pero lo realmente grave no es “no tener tiempo” para dedicarme a mí sino que ese “no tener tiempo” implica muchas cosas que, a medio y largo plazo, suelen tener serias y graves implicaciones.

Pero como CEO, como Directivo, si estás en este grupo, “no tener tiempo” implica que, en muchas ocasiones (quizás muchas más de las que te gustaría), “no tienes tiempo” para dedicarte a lo que realmente se espera de ti: Dirigir, es decir, analizar objetiva y eficientemente la información relevante; tomar decisiones; marcar directrices y hacer un adecuado seguimiento (un estudio realizado Por Grupo Minerva en 2007 indica que la media de tiempo dedicada a “dirigir” por los Altos Directivos era del 9%. Que, si tenemos en cuenta que unos pocos pasaban del 50% nos da una idea del problema).

Muchas veces implica “no tener tiempo” para delegar adecuada y eficientemente, lo que complica aún mucho más la situación.

Implica “no tener tiempo” para organizar y planificar las reuniones de manera que sean realmente eficientes y productivas lo que, como en el caso anterior, refuerza el problema.

Implica “no tener tiempo” para poder observar, detectar y corregir las actitudes de nuestros colaboradores…

Y, lo que es peor, “no tener tiempo” implica no tener la capacidad de dedicarlo a lo que realmente sería importante para ti, como persona.

Como ya hemos dicho en muchas ocasiones, el CEO, el Director, debe estar integrado, es decir, atender eficientemente a todas sus facetas y ese “no tener tiempo” implica, con frecuencia, dedicar al trabajo mucho más tiempo del inicialmente previsto y, en ocasiones, salir con ese sentimiento de culpa de que “no terminé todo lo que quería”.

Y así, ese “no tener tiempo” implica que el resto de las facetas se resienten, que la relación con la pareja no es constructiva, sino de quejas, pasotismo…

Que no se dedique a los hijos el tiempo que sería necesario, ni en cantidad (no tienes) ni en calidad (estás “con la cabeza en otra cosa”)…

Que el contacto con el resto de la familia queda relegado a “las tradiciones” comuniones, bodas… y, lo que es peor, a los entierros (cuando se puede asistir)…

Que cuando te encuentras con un amigo te lamentas de “no haber tenido tiempo para habernos visto” y terminas con un ”aversi…”

Hay tantas cosas “pendientes” que cuesta trabajo pensar en qué hacer “con el poco tiempo disponible” y así se termina optando por las soluciones facilonas, se termina escudándose en las rutinas o dedicando ”ese poco tiempo que queda” a facetas simples (TV, una afición que acometo de forma obsesiva…) pensando “aversi…” mañana, la próxima semana, el mes que viene…o “un día de estos” “consigo tener tiempo” para… (esas cosas importantes que vas aplazando).

Y el tiempo va pasando de manera inexorable, minuto a minuto, hora a hora, día a día… y entonces esos “aversi…” mañana, la próxima semana… se convierten en ese día que nunca termina de llegar…

Y los sueños se van oscureciendo, y las conciencia, acallando… (menos por las noches) y la vida va pasando a velocidad creciente…

Y me parece muy normal que siga sorprendiéndome la frecuencia con que escucho aquello de “disculpa, Diego, pero no tengo tiempo… de aprender a tener tiempo”

1 comentario:

  1. Genial Diego.lo bordas al esclarecer esa frase " no tengo tiempo ". Lo comparto contigo. Siempre estamos posponiendo aquello que de verdad nos podría llevar al objetivo que uno siempre busca.como podría ser el éxito. En lo profesional y lo personal si se me permite decirlo . siempre hay que buscar el modo de superarse. como es en mi caso.Luis.

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