jueves

CUMPLEAÑOS

El pasado día 15 recibí el extracto de mi banco; me dice que he consumido un año más de mi saldo de horas disponible.

Siempre me ha enfadado un poco eso de que me digan “lo que he gastado” con total puntualidad pero nunca me informen de lo que me queda. La realidad es que, como el resto de los “clientes,” he aprendido a vivir con ello, con la inseguridad que conlleva no saber cuándo va a terminarse, pero no deja de parecerme curioso y entiendo que para otras personas pueda llegar a ser, en ocasiones, inquietante.

En general casi siempre he hecho lo que la mayoría de las personas: tras un ligero vistazo he arrugado la hoja y la he tirado a la papelera (algunas veces ni siquiera la he mirado y, simplemente, me he contentado con darme cuente de que “aún tenía saldo”) pero este año he decidido mirarla con cuidado, quiero ver en que he empleado mis recursos, que inversiones he hecho, que gastos

He de reconocer que hay un montón de partidas de las que no soy muy consciente de haber hecho tanto gasto, algunas incluso ni me suenan, pero de lo que no puedo dudar es de que la información está ahí si quiero mirarla. Quizás el problema es que los conceptos son muy genéricos: “TV” “desplazamientos en coche” “tiempos muertos”… También están los ya nuestros bien conocidos “aversis” y “hayques”

Hay algunos conceptos que me sorprenden cuando los miro en detalle y me hacen reflexionar sobre las cantidades que les he destinado: “Hijos” “Familia” “Pareja” “Amigos”… Cuando lo analizo con detenimiento, de la forma más objetiva posible, me llama mucho la atención la diferencia entre lo que he invertido realmente y lo que tenía la sensación de haber hecho, aunque me pongo a profundizar y, de nuevo, el concepto me parece muy general… ¿Qué hice realmente? ¿fue “gasto” o “inversión”? ¿dediqué “tiempo de calidad” o me sumergí en la rutina?...

Hay otros conceptos como mi propia formación, en el más amplio sentido de la palabra, o tiempo consciente de ocio y descanso que, en general, me pasaron siempre bastante desapercibidos y que, este año, les doy una importancia fundamental entre otras cosas porque, si no… ¿”de qué” iba a estar yo haciendo ahora esta reflexión? Tomar consciencia de mi propio yo, de mi propio desarrollo, de Mi Misión, de mis objetivos personales, de la importancia de dedicarme tiempo a mí mismo, me ha dado una visión muy diferente de mi propia trayectoria, de en qué y cómo estoy empleando realmente mi tiempo, mi vida.

Hay otros que me llaman la atención y me hacen reflexionar: Las partidas “prepararme para” y “planificar” en relación con “hacer” y “aplicar” Las miro con cariño porque cada vez cambio más la distribución de recursos en ellas.

Y me llaman también la atención porque, comentando con algunos de vosotros llego a la conclusión que muchos CEO’s, muchos Altos Directivos, a veces, se dejan llevar del día a día y desequilibran estas partidas hacia el lado “equivocado” en función de sus responsabilidades, es decir, demasiado “gasto” en la partida “hacer” y demasiado poco en las de “planificar” “dirigir” “motivar” “formar”…

En fin… llegado a este punto me pregunto… Y ahora… ¿qué?

Lo cierto es que tengo algo tremendamente valioso: tengo Un Destino, Una Misión, Un Propósito Vital; se hacia dónde voy, lo que quiero, lo que me mueve, y se lo importante que es tener información constante y objetiva para no apartarme de ese Camino, para no apartarme del Propósito y caer en la actividad “per se” en las rutinas o en la indolencia.

No puedo evitar no saber mi saldo disponible, y me pregunto qué pasaría si lo supiese. En general veo que cuando a alguien se lo comunican las reacciones nunca son lo que se podría entender como “favorables” y si mucho más cercanas a emociones de rabia o ira que de tristeza y, desde luego, alegría.

Es curioso e instructivo ver las grandes diferencias que se producen en sus cursos vitales, a partir de ese momento, entre unas personas y otras.

¿Qué sentiría yo si me comunicasen que me quedaban tres meses de vida? Afortunadamente creo tener muy claro lo que haría.

En cualquier caso y, dado que no tengo información, infiero que tengo al menos otro año y, por si acaso, voy a sacar el máximo partido a ese recurso. Cuando me manden el próximo extracto quiero brindar no por el futuro, que seguiré sin conocer, sino por lo bien que me manejé y lo bien que invertí mis recursos durante el año transcurrido, durante ese año que comienza hoy.

Quiero que cuando me digan “felicidades”, al igual que este año, pueda decir “gracias” bien satisfecho por el camino recorrido, por el trabajo realizado, por las personas a las que he ofrecido algo, por lo que realmente pude aportar, a mí mismo y a los demás.

Quizás hoy, más que nunca, me gustaría repetir que esa Misión de que hablo esa Misión que me he marcado tras una larga vida de aprendizaje, Mi Misión es ayudar a todo aquel que lo desee a marcar la suya, a definir y seguir su camino, a ser más feliz y, en vuestro caso, CEO’s y Directivos, a conseguir un mayor rendimiento, unos mejores resultados en vuestras Organizaciones, teniendo un mayor control sobre vuestra propia vida, sobre vuestro tiempo, consiguiendo cada vez una mayor y más duradera Paz Mental y haciendo que las personas de vuestros equipos también sean felices y disfruten haciendo su trabajo.

Como siempre, estoy a vuestra disposición.

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