martes

Caras (si la cara es el espejo del alma...)

Ayer domingo me acosté tarde, era el día final, la noche final de “Las fiestas” del Real Sitio y quise disfrutar de ese “baño de multitudes” tan especial. Como haga cada vez más frecuentemente puse especial cuidado en fijarme en las caras, las expresiones… hasta de escuchar algunos retazos de conversación.

¿A qué viene esto? Me contareis.

Hoy, como es habitual en mí (y los que habéis asistido a mis cursos sobre gestión del tiempo o me conocéis, entendéis perfectamente) me he encaminado a mis reuniones en Madrid en tren y, una vez más, también me he fijado en las caras, las expresiones… hasta en algunos retazos de conversación.

……………………………….......……………….Feria……........…..……..Tren
Caras………………………......………Alegres, divertidas……….Serias, tedio
Mirada…………………………........……..”Buscando”…………….”Esquivas”
Transmiten…………………….....…………Disfrute……………..Resignación
Tono de las conversaciones……………Relajadas……..…….......Crítico

Obviamente estoy hablando de “una media” porque en cualquier situación de la vida hay de todo y, al igual que escuché en la feria una conversación muy crítica y bastante poco razonable sobre alguien, también en el tren, además de la mía, vi otras dos caras sonrientes.

Quizás se podría dar una fácil y obvia respuesta a esta comparación: “es que no se puede comparar una fiesta con ir a trabajar…”

Bueno, los que me conocéis ya sabéis mis opiniones sobre los “esques” y sobre “la obligación” de trabajar.

Pero, más allá de todo esto me surgía una primera reflexión: ¿Qué se puede esperar en cuanto a la “implicación” en su trabajo de todas estas personas, la “calidad” la “productividad”…. ¿Cómo pueden esperarse resultados excelentes de personas con esas expresiones al comienzo del día?

Obviamente no los estoy criticando pero si, indirectamente, a nosotros, los responsables de lo que nos vamos a encontrar “dentro de un ratito” ¿qué hacemos para motivarlos? ¿para “entusiasmarlos”? ¿para que el “ir a trabajar” no sea una “penosa obligación”?

Ahora te propongo un ejercicio. Es posible que no utilices, como yo, el transporte público, sino el coche. Bien, cuando tengas oportunidad mira la cara de tus vecino… ¿qué ves? ¿Hay una gran diferencia respecto a lo que yo he observado en el tren?

Aunque “el aparato de medida distorsione la medición”… ¡Mírate tu mismo al espejo!

Te sugiero ahora responder, lo más honestamente posible, a unas “sencillas” preguntas:

¿Qué es lo que te ha motivado hoy, a tí, para levantarme e ir al trabajo?
¿”Responsabilidad”?
¿”Rutina”?
¿”Obligación”?
¿”Entusiasmo por ir a hacer algo realmente importante”?
¿Cuál es hoy tu propio grado de entusiasmo, de implicación?
¿Hay alguna tarea en tu agenda, para hoy, que “estés deseando”,
“impaciente” (no por urgencia, obviamente) por acometer?
…..
¿Qué dice tu cara?
¿Qué va a transmitir mi cara a todos tus colaboradores cuando les mire al llegar al trabajo?

Y después… no puedo dejar de pensar en las caras e imaginar (“recordar”) las caras que veré en el tren esta tarde, cuando regrese a mi casa...

¿Serán capaces los propietarios de esas caras de dirigirse con cariño genuino a sus parejas? ¿a sus hijos? ¿de “implicarse” de verdad en asuntos importantes?...

Quizás es una suposición, un sesgo cognitivo pero me parecen más bien caras de rutina, las caras de alguien que entrará en quejas, en “abulias”, hasta en discusiones, “caras de desconectarse frente a la TV”… Y así, mañana… ¿Cómo serán las caras del tren?

Todos conocemos el fenómeno de la realimentación positiva…

¿Cómo evolucionará la calidad del trabajo, la productividad?....

Si, ya se, en nuestros estudios, en nuestra carrera, en nuestros “masters” nos enseñaron Estrategia, Marketing, Producción, Finanzas, Calidad…. Y somos muy buenos en todo ello pero…. ¿de que sirve todo eso si los que han de ponerlo en práctica son los propietarios de esas caras?

Es verdad, en todos esos estudios no nos enseñaron a hacer que la gente tenga cara de “implicación” de “satisfacción” de “orgullo por lo que están realizando”… Quizás en alguna ocasión nos han hablado de Liderazgo; seguro que a la mayoría os suena Maslow pero… ¿Alguna vez nos hemos puesto, en serio, con las misma seriedad que “un Plan de acción para alcanzar los objetivos” a aplicarlo? ¿qué recordamos exactamente al respecto? Y ¡suele ser tan poco, tan escaso, lo que nos contaron!

Sinceramente creo que como CEO’s, como Directivos, como responsables de los resultados de nuestras empresas y, por tanto, del rendimiento de las personas, no podemos aplazar más nuestra función de Líderes Motivadores y para ello, en muchos casos debemos empezar por nosotros mismos, en el espejo y en nuestros conocimientos (empezara a aprender todo aquello que no nos enseñaron)

No quiero extenderme mucho más pero quizás te sugeriría que, como “Harum Al Rachid” de vez en cuando “te quites el traje de Califa” y “te pongas las ropas del pueblo”, monta en tren, en metro, en autobús, pasea por la calle entre los semáforos y mira las caras de los conductores…. Después, deliberadamente pero, “sin que se note” pasea por las instalaciones de tu empresa y mira la cara de las personas de tus equipos…

Según termines llega al cuarto de baño y mírate al espejo….

¿Te atreves a hacerlo? (de verdad, físicamente, no sólo “el el plano teórico”)

Las personas necesitan trabajar para cumplir sus objetivos personales, pero necesitan estar satisfechas, considerarse parte real de un equipo inmerso en un proyecto importante, sentir que son útiles, que crecen. Como CEO, como Director, tienes la responsabilidad de hacer que sientan eso, que se sientan orgullosos, implicados, satisfechos, felices… no sólo porque merece la pena sino porque… los resultados, la posición competitiva, el futuro de tu Empresa, depende de ello y esa SI es tu responsabilidad.

En esa responsabilidad, si quieres, estaré encantado de ayudarte.

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