Ya lo decía el poeta: “todo pasa y todo queda…” y así, para la mayoría de nosotros, ya han pasado, por esta vez, las “tan esperadas vacaciones”
No tengo más remedio que preguntaros (para que os auto preguntéis) ¿qué tal?
De una manera más amplia…
* ¿Qué ha sido lo mejor de estas vacaciones?
* Lo que más he disfrutado
* La experiencia más bonita
* La persona que más huella ha dejado
* Ese “sueño” que al fin he realizado
…
Si reflexiono sobre ellas ¿qué he aprendido para poder aplicar a las próximas y mejorarlas más aún?
Y sobre todo, y teniendo en cuenta las recomendaciones que os hice en su momento…
¿He sido capaz de Olvidarme del trabajo? (¿100%?, ¿90%?, ¿75%?...)
¿He podido “limpiar y dejar descansar” mi mente?
Como os decía, unas buenas vacaciones deberían ser algo que entrase en la parte contractual de las funciones del CEO. Es muy importante que vuestra mente esté, a partir de ahora, a máximo rendimiento. Hay mucho, y muchas personas, que dependen de que así sea.
El caso es que… hayan sido como hayan sido… ¡ya pasó! Ahora toca volver a “ponerse a la faena” ¡comienza el nuevo curso!
No sé por qué nunca me he adaptado bien a eso del “año fiscal” quizás sea por el tiempo que me pasé estudiando, pero lo cierto es que hay una transición mucho más fuerte, en cuanto a actividad, en el periodo estival que en el de las Navidades; es por ello que siempre he preferido pensar en “cursos” que comienzan al final del verano y duran hasta que llegue el siguiente.
Y, como siempre digo en mi formación sobre Gestión del Tiempo… ¡Lo primero afilar el hacha! (si no te he contado la historia, no te la he dado, por escrito, alguna vez o no la conoces, me lo dices y te la mando) o, ya de entrada, estaremos condenados a la ineficiencia.
Antes de “empezar a hacer” hay que dedicar un tiempo mínimo a “pensar” o, en términos de esos que entendemos… “a planificar la estrategia para este curso” junto con la táctica inmediata.
No tenemos más remedio que recurrir a la pirámide de gestión, de la que seguro que más de una vez te he hablado, y empezar a aplicarla cuidadosamente:
Hagamos un resumen…
* Empecemos por el principio… ¿recuerdo, tengo clara la Visión, la Misión, los Valores de mi Empresa? (¡Sí!, si no nos hemos visto en estas últimas semanas, se que es posible que llegado aquí empieces a pensara que “desbarro” y que no está la situación como para “perder el tiempo” en “estas cosas” pero… ¡recuerda! ¡eres el CEO!) Recordemos que si no sabemos a donde vamos es difícil que lleguemos (Primer teorema de Perogrullo).
* Bien, empecemos a pensar en el “Curso 2009-2010”… ¡Cuáles son los Objetivos! No voy a extenderme pero recuerda… Mercado, Finanzas, Producción, etc. y … ¡por favor! ¡No se te olviden las Personas!
* Pasemos a las estrategias: vuelvo a lo mismo…. Mercado, Producto, Finanzas, Producción, Logística, etc. Y, de nuevo… ¿la estrategia respecto a las personas, esas que tantas veces decimos que son “el valor más importante de nuestra empresa?
Llegados aquí descendemos por el lado derecho de la pirámide y pensamos en Objetivos, Estrategias y Recursos particulares…. Pero… vamos a centrarnos aquí sólo en los tuyos…
* ¿Cuáles son tus objetivos profesionales y personales para este curso? (recordemos que eres el CEO y que, aunque se puede aplicar a todo el mundo, muy particularmente en tu caso la interconexión, coherencia y relación entre estos objetivos es trascendental)
* Miremos ahora hacia atrás, al “curso” anterior, ¿Cuáles fueron tus resultados en 2008-2009? (atente a Hechos, no “califiques, magnifiques, justifiques… Lo hecho, para bien o para mal, hecho está, ya no tiene remedio, pero si que es una fuente de información vital… si es objetiva)
* Baja por el lado izquierdo y recuerda… ¿qué es lo que hiciste para conseguir esos resultados? (No profundizaré aquí mucho más, que no se trata de que sea un “texto” sino un “recordatorio” )
Centrémonos ahora en ese abismo intermedio en la pirámide, el espacio del cambio… ¿en que cambian, en que se diferencian los Objetivos que te marcas para este “curso” con los resultados que obtuviste el pasado?
* Aparte de que las “circunstancias externas” seguro que son diferentes… Si Objetivos y Resultados son diferentes… ¿crees que conseguirás cosas diferentes haciendo las mismas cosas? Así pues es el momento de volver a la parte derecha y definir el Plan de acción. ¿Qué actividades realizaré? (perdona que sea “pesado” ¡no se te olviden las personas!)
* Y llegamos al último nivel, la base de la pirámide… ¿Con qué recursos contaste el curso pasado para la realización de esas actividades? Tiempo, conocimientos, habilidad, personas….
Pasamos a la parte derecha… ¿qué recursos necesitarás para poder acometer con éxito tu Plan de Acción? Conocimientos y habilidades, claro, recursos económicos y operativos… (Ya no hace falta que diga que pienses en las personas, ¿verdad? Pero… si que te diré que pienses en tu habilidad para sacar de ellas el máximo rendimiento y en si se puede mejorar así que no olvides, tus actitudes, tus estados emocionales, tu tiempo…)
* Y terminamos en el cambio. ¿qué debes cambiar?
Seguro que hacer todo esto te llevará tiempo, un tiempo precioso pero… ¡Créeme! Si lo haces, si eres capaz de conseguirlo, el año, el “curso” marchará mucho mejor. No es que no vayan a salir contingencias, pero, en cualquier caso, las tratarás mucho mejor.
¿El resultado? Menor ansiedad, menor estrés, más satisfacción profesional, mejores resultados… ¡y más tranquilidad personal y calidad de vida!
Eso sin contar con equipos más satisfechos, mejor ambiente laboral, menos rotación y… accionistas más contentos!
¿Merece la pena?
En fin… ya percibo que en tu mente aparecen las inevitables excusas, que la disonancia cognitiva entra en acción…
Al final “esto” es como “comer” o “fumar” todos sabemos que el sobrepeso es “malo” pero muchos siguen por encima del peso máximo razonable. Todos sabemos que fumar perjudica a la salud pero muchos… “siguen pegados al tabaco”
Pero hay quien baja de peso y está más sano, más ágil y se siente mejor. Hay quien deja de fumar y se siente más sano, comienza a volver a apreciar los aromas y sabores y su calidad de vida aumenta…
Es posible que puedas aceptar ciertas excusas para “no dirigir tu vida de la manera que sientes que debería ser” (disculpa si no es este tu caso) Pero tu eres el CEO de la Empresa y “da igual” si estás “Gordo” si tienes “Colesterol” o si “disfrutas los aromas” pero “no da igual” que obtengas o no los mejores resultados posibles, es más, te pagan para que así sea. ¡Es tu obligación!
La empresa, las personas de la empresa, muchos de tus proveedores, de tus clientes, hasta de tu entorno dependen en gran medida de tu salud física pero, sobre todo, de tu eficacia.
¿Qué vas a hacer?
El proceso es sencillo pero necesita voluntad, disciplina y compromiso y, a veces, en solitario, “lo Urgente” aparta a “lo importante” con resultados no muy buenos a medio y largo plazo.
Contar con alguien que te acompañe en el proceso puede ser una buena opción ya que te ayudará desde a “ordenar las ideas” (siempre se ve mejor las cosas “desde fuera”) hasta a “hablar en alto” (lo cual es una gran ayuda para reflexionar) o hasta para darte la excusa de “estar reunido” con lo que “las Urgencias” toman otra dimensión.
En fin, es tu reto, es tu trabajo, es tu responsabilidad. La mía es ponerme a tu disposición.
¡Feliz y provechoso curso!
NOTA: El Concepto de la “Pirámide de Gestión” y su desarrollo es propiedad de J. Diego Carro. Puede utilizarse libremente haciendo referencia al autor.
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