lunes

Valores

Llego a la oficina con paso firme, decidido, dinámico como corresponde a mi posición. Saludo a las personas con las que me cruzo (incluso, a algunas, con su propio nombre) sin esperar respuesta y me meto en mi despacho.

En el coche he ido escuchando las noticias o, quizás, he puesto algo de música. De manera más o menos consciente he ido “repasando” los principales retos del día.

Una vez sentado en mi sillón, de manera casi rutinaria enciendo el ordenador y, en algún momento, empiezo a repasar mi agenda, solo o con mi secretaria.

Asuntos del día: llamadas, reuniones, temas pendientes de mayor o menor urgencia… incluso… “ese empleado” (de mayor o menor rango en la organización) que “necesita” verme…. (“Qué querrá éste, con el poco tiempo que tengo!!” digo para mí, de manera totalmente inconsciente….)

*** *** ***

Como Consultor de Estrategia he participado en la definición de la Visión, Misión y Valores de muchas compañías.

En otras no he participado en su definición pero he podido ver en algún lugar visible (en la entrada, la sala de reuniones…) un cuadro o póster, más o menos cuidado y destacado, en el que figuran.

En un reciente estudio que hemos realizado a 25 Empresas hemos preguntado, a diferentes personas en distintos niveles de la Organización, cual era la Visión, la Misión y los Valores de la Empresa. Algunas de las preguntas han sido:

En cuanto a la Empresa:

1.- ¿Tiene la Empresa definida su Visión, Misión y Valores?
2.- ¿Los tiene explícitos, publicados y claramente accesibles para todos sus Empleados y Clientes?

En cuanto a los directivos y empleados:

3.- ¿Sabe donde encontrar la Visión, Misión y Valores de la Empresa?
4.- ¿Los ha leído?
5.- ¿Podría repetirlos?
6.- ¿Qué quieren decir, exactamente para Vd.?
7.- ¿Qué opina de ellos?
8.- ¿En qué medida concuerdan con sus propios valores?

No voy a entrar aquí en los detalles del estudio pero si en algunos de los datos y, en base a ellos, daré mis opiniones (que no “conclusiones”) sobre sus implicaciones.

Diré que en más de la mitad e las empresas, aunque sí decían que se lo habían planteado, y que “más o menos lo tenían claro” no tenían definidos estos aspectos.

De las que si lo tenían, había varias en las que “estaban en un manual”. En algunas de las que estaba publicado… bueno, como ya he dicho que hablo de opiniones… me pareció más una “acción de Marketing” que un verdadero compromiso con contenido real “de fondo”

Si nos vamos a los directivos y empleados (por supuesto, de las empresas que en las que si estaban definidas) nos encontramos con que el “saber donde encontrar” y el “haberlos leído” baja exponencialmente en relación al nivel jerárquico en la empresa, si bien es cierto que me llevé algunas sorpresas.

Encontré muchas personas en los niveles superiores de la organización (incluso algún CEO) incapaces de repetirlos (Pregunta 5) aunque… “si eran capaces de expresar lo que significaban para ellos” (por supuesto, al pedir la repetición no se exigía literalidad ni “forma” pero si “fondo”). Curiosamente, en los niveles más bajos encontré mayor número de personas del que esperaba que sí se los habían leído y sí eran capaces de repetirlos y de entender lo que para ellos significaban. En muchas ocasiones, la opinión se estas personas sobre sus mandos en relación a estos valores era muy interesante de escuchar, sobre todo cuando les pedimos argumentos.

En cuanto al punto 8… ¡quizás es la mayor justificación para estas reflexiones!

¿De qué estamos hablando realmente cuando hablamos de Visión, de Misión y, sobre todo, de Valores?

Siempre me he esforzado en explicar que Visión y Misión corresponden al “Foco Estratégico” al faro, al punto que ha guiar todos nuestros esfuerzos, al lugar al que queremos llegar. Sin faro, sin Foco, deambularemos a la deriva y, aunque pueda haber “bonitas singladuras” en cuanto aparezca la más mínima tormenta será grande la probabilidad de encallarnos o chocar contra las rocas (no de “perdernos” ya que… ¿Cómo puede perderse alguien que no sabe a dónde va?).

Si, si, claro, estoy de acuerdo que el 99% de las empresas tienen “Objetivos” pero… ¿a dónde llevan esos objetivos si no hay una Visión? ¿Puede decirse que, realmente, estamos hablando de “Una Empresa”?

Quizás la existencia o no de esa Visión, de ese Foco Estratégico es una de las cosas que más claramente puede mostrar la diferencia de fondo entre “Empresa” y “Negocio”

Pero lleguemos al meollo de la cuestión: “LOS VALORES

Los Valores son la referencia en la actuación, las leyes que guardan la definición de los propios objetivos y marcan los límites de las actividades y de la gestión de los recursos. Los Valores marcan claramente qué es lo que debemos hacer y, sobre todo, qué es lo que, de ninguna manera, vamos a admitir o estamos dispuestos a hacer.

¿Qué guía a una empresa que no tiene claramente definidos sus valores?

¿Qué criterios seguirán las decisiones de aquellos directivos que trabajan en “empresas sin valores” o que no son capaces de repetir “en fondo” los valores de su organización?

¿Cuál va a ser la calidad del trabajo de una persona cuyos valores no coinciden con los de la empresa en la que presta sus servicios?

¿Tendrá el mismo futuro una empresa en la que no haya valores explícitos o asumidos y los valores de sus empleados sean, en general, individualistas, que otra en la que haya valores solidarios y colectivistas, explícitos, asumidos y compartidos por la mayoría de sus directivos y empleados?

¿Funcionará igual una empresa que “mire fundamentalmente al beneficio” (empresarial o personal, en el caso de sus trabajadores) que otra en la que los valores compartidos (además de, lógicamente, el beneficio) se centren en las personas, en la cooperación, en el éxito del grupo, el logro del objetivo común?

¿Puede funcionar eficientemente una empresa en la que sus valores y los de las personas que trabajan para ella tienen un bajo nivel de correlación?

Sin renunciar, por supuesto, a la lógica expectativa del crecimiento, el desarrollo de la carrera profesional y del derecho a obtener una remuneración adecuada a los servicios prestados (a cualquier nivel), ¿funcionará mejor una empresa en la que la permanencia en ella es sólo “un escalón” o “un mal menor” o aquella en la que sus trabajadores (y directivos) mientras están en ella, lo están comprometidos al 100%?

Probablemente se me dirá que las respuestas son obvias pero… viendo las contestaciones del estudio…

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Regresamos al inicio de estas reflexiones…

¿Cuántas veces repasamos, como Directivos, la Visión, la Misión y los Valores de Nuestra Organización?

¿Cuánto tiempo dedicamos a tener la seguridad de que esos elementos clave son conocidos, entendidos, compartidos y asumidos por todo el equipo?

¿Cuánto tiempo dedicamos al aspecto más humano de las personas, a entenderlos, a trabajar activamente en que sean un verdadero equipo con valores comunes?

¿Qué sabemos de las distintas correlaciones de valores entre personas entre sí y personas y empresa?

¿Cuánto tiempo dedicamos a asegurarnos de que las personas de nuestra Organización están satisfechas con su entorno laboral y su trabajo?

Por supuesto que hay que invertir en Marketing, en I+D, en Tecnología pero… si invirtiésemos, sólo una mínima parte de lo invertido en estos aspectos, en las personas, en conocernos y conocerles, en el trabajo y desarrollo “humano” todas esas inversiones (las “clásicas”) se encontrarían con un insospechado factor multiplicador.

El futuro, en el que la competitividad depende de parámetros cada vez más estrechos, y hasta la supervivencia en estos momentos complicados, estará condicionado, en gran medida, por nuestro grado de “Enfoque Humano”

El problema es que en toda la preparación que hemos seguido casi nunca nos han enseñado ninguno de estos aspectos. Es el momento de contar con expertos que, desde el entorno estratégico, ayuden a empezar a adquirir los conocimientos necesarios y, por supuesto, a desarrollar las habilidades para aplicarlos tanto personalmente como a la Empresa.

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